jueves, 22 de mayo de 2014

DÍA NACIONAL DE LA NUTRICIÓN 2014: COMER SANO ES DIVERTIDO, LA OBESIDAD INFANTIL NO.


                                                                                                                                                                                                          El día 28 de Mayo se celebra el Día Nacional de la Nutrición. Este año el lema es "Comer sano es divertido, la obesidad infantil no".


Una vez más  la OMS nos hace llegar el mensaje del gran problema de nuestro tiempo: la obesidad y el sobrepeso, como "la pandemia del siglo XXI". Y es que las cifras de prevalencia de la obesidad  infantil en España, son muy elevadas:



Esta circunstancia constituye un importante factor de riesgo para la salud física, psicológica y social de los niños.
Los principales factores de riesgo que contribuyen  a la obesidad infantil son:




Estos factores  sumados a los factores genéticos, obesidad en alguno de los progenitores, ausencia de lactancia materna, y menor número de horas de sueño nocturno ...conducen a la obesidad infantil.



Para evitar  este problema entre nuestros pequeños, debemos promover hábitos saludables, que les ayuden a crecer sanos y felices. 
A pesar del esfuerzo que se realiza a nivel de educación nutricional por parte de numerosas instituciones, es una contradicción que sigan aumentando las cifras de obesidad. Se conocen las pautas a seguir, pero las familias se ven incapaces de educar en esta materia a sus hijos, bien por motivos de tiempo, por no discutir, por comodidad, .....Es importante realizar este esfuerzo por nuestros pequeños, ya que en el futuro agradecerán que les hayamos transmitido unos hábitos saludables.
No esperes a que sea demasiado tarde....empieza hoy a cambiar tus hábitos y los de tu familia.
Si quieres más información visita www.fesnad.org. Si requieres ayuda de un profesional contacta con NutrEm


miércoles, 14 de mayo de 2014

¿TUS EMOCIONES TE ALIMENTAN?

A continuación se van a exponer una serie de situaciones, te invito a que las leas tranquilamente. Una vez las hayas leído, valora en qué medida te suceden o te han sucedido.
o  Has terminado de comer, te has tomado un plato completo y abundante y, a los 10 minutos, te entran unas ganas irrefrenables de comer algo más, generalmente dulce.
o  Te descubres como un/a autómata buscando, desesperadamente, chocolate por la casa, en cada uno de los armarios, en la despensa, ...
o  Estás en el sofá, descansando y no dejas de pensar en la bolsa de patatas fritas que tienes en la cocina. No te puedes concentrar en otra cosa, sólo tienes en tu cabeza un puñado de patatas fritas que no dejan de darte vueltas. Una y otra vez, tú te dices que no debes comerlas pero no puedes evitar ir a buscarlas.  Encima, si terminas comiéndotelas, te sientes culpable.
o  Te ha ocurrido algo estresante o triste en el trabajo, con tu pareja o tus amigos/as, llegas a casa y lo único que deseas es tomar algo dulce o cualquier otro tipo de comida "rica". No tienes hambre, sólo es deseo y buscas comida de forma compulsiva, ...
o  Te das un atracón mezclando distintos tipos de comida, sin pensar en las consecuencias y en lo que estás comiendo. No eliges, sólo comes.
o  Se te cierra el estómago cuando tienes alguna preocupación y te alimentas con muy poco durante un día entero.
            
Si te ves reflejado/a en alguna de estas situaciones o tienes algún familiar en el que ves estas situaciones de forma frecuente, probablemente te interese seguir leyendo este artículo.

Hay muchas personas que se pasan la vida entre dietas y prohibiciones, pensando que tienen un problema con la alimentación, cuando su verdadero problema lo tienen con sus emociones. Las situaciones que se han mencionado y otras similares son señales que pueden estar indicando una gestión incorrecta de las emociones,  no es hambre.

¿A qué llamamos alimentación emocional? Como indica su nombre, la alimentación emocional es "comer atendiendo a cómo se encuentran mis emociones". Es comer para consolarse, por estrés,  aburrimiento, soledad,  frustración, felicidad o como respuesta a otras emociones en lugar de comer para nutrirse o porque realmente se siente hambre. Cuando no sabemos canalizar bien nuestras emociones, intentamos mejorar nuestro estado emocional, en este caso con alimentos. La alimentación emocional ocurre cuando no sabemos diferenciar entre el hambre y las emociones. Es fundamental que el momento de la comida nos provoque bienestar, pero esa sensación no debe confundirse con una herramienta para calmar todas las emociones.

¿En qué se diferencia la alimentación emocional y el hambre?
En general, la alimentación emocional llega rápidamente, sin aviso. Suele desencadenarla un hecho concreto o un cambio de humor, se sacia normalmente con un alimento específico, poco saludable. Por el contrario, el hambre se acumula lentamente, es el resultado de tener el estómago vacío y puede satisfacerse con una gran variedad de alimentos. 
A lo largo de nuestra vida vamos haciendo muchas asociaciones entre las emociones y la comida. En las películas se ha asociado frecuentemente el malestar con la ingesta de comida calórica. Hemos visto mil veces a un protagonista (generalmente mujer) que  ante el desamor, se toma una tarrina de un kilo de helado con el objetivo de llevar un poco mejor ese malestar y desahogarse.
Es fácil también ver como padres, madres, abuelos/as recompensan el buen comportamiento de los niños con chucherías, helados o dulces. Así,  el valor simbólico de esta comida poco saludable se vuelve mayor.   
Una alimentación emocional es poco saludable porque...
  •     Provoca que se consuman más calorías de la cuenta y, a largo plazo, aparezca sobrepeso u obesidad.
  •     Puede generar sentimiento de culpa al no ser capaz de frenar esos impulsos, unos impulsos que están haciendo daño a tu cuerpo.
  •     Hace que al confundir las emociones con hambre, comas pero no soluciones realmente el problema emocional de base porque no eres consciente de lo que te pasa.
  •     Puede hacer que te sientas mejor durante un breve período de tiempo, pero no resuelva ningún problema.
Es importante acudir a un profesional cuando comer a escondidas, comer más cantidad cuando estás triste o sentirte culpable se convierte en algo habitual en tu vida. Aprenderás a canalizar tus emociones. 

jueves, 8 de mayo de 2014

HIDRATOS DE CARBONO

Los alimentos ricos en hidratos de carbono se suelen eliminar en muchas dietas para perder peso, con la idea de que son los responsables de engordar. Sin embargo son un nutriente esencial en nuestra alimentación , siendo la principal fuente de energía,  ya que se metabolizan en glucosa, que utilizamos como combustible para nuestras células. 
Vamos a responder a algunas preguntas:
¿Los hidratos de carbono son los responsables de que engordemos?
No.  El problema no son los hidratos de carbono, sino el exceso de calorías. Debemos conseguir un equilibrio y nunca ingerir más calorías de las que consumimos.
En contra de lo que se cree los hidratos de carbono solo aportan 4 kcal por gramo al igual que las proteínas. Son las grasas, las que superan esta cifra, con 9 kcal por gramo.
¿Todos los hidratos de carbono son iguales?
 No.  Debemos diferenciar entre hidratos de carbono complejos e hidratos de carbono simples.
·         Los hidratos de carbono simples ( de absorción rápida ): están formados por glucosa, fructosa o dextrosa: la miel, el azúcar, los zumos de frutas, las harinas refinadas y sus derivados, como los dulces, el pan, etc. y también las frutas enteras con su fibra.
·         Los hidratos de carbono complejos (de absorción lenta): están formados por moléculas más complejas, que para ser absorbidas por nuestro organismo deben ser digeridas por el estómago e intestino antes de ser absorbidas como azúcares simples. En este grupo se encuentran el almidón, glucógeno, celulosa: los cereales integrales, las legumbres, hortalizas y algunas frutas como los frutos rojos, fresas o cerezas. En general, la velocidad de absorción depende del contenido de fibra y del proceso culinario haya recibido, cuanto más refinados, más rápida es la absorción.


¿Qué ocurre cuando ingerimos un exceso de azúcares simples?.
Cuando ingerimos azúcares simples aumentan rápidamente los niveles de glucosa en sangre. La glucosa es el combustible para nuestras células y lo utilizamos para su actividad.
El problema viene cuando hay un exceso de glucosa que no hemos gastado en nuestra actividad. En este caso el organismo la almacena como reserva en forma de grasa. Es así como aumentamos de peso sin darnos cuenta. Hay que elegir adecuadamente los alimentos que nos llevamos a la boca.
Además se genera un mecanismo de bajada brusca de los niveles de glucosa por acción de la insulina, que intenta contrarrestar ese aumento de glucosa en sangre. Como consecuencia se produce  una repentina sensación de hambre y de fatiga, que provoca la necesidad de ingerir azúcares simples nuevamente... creándose una adicción que solo nos lleva al aumento de peso.



Por el contrario, la ingesta de  alimentos ricos en hidratos de carbono complejos  no causa estos altibajos. Gracias a digestión lenta, la glucosa se absorbe lentamente, y la secreción de insulina es paulatina. En este caso, las células no tienen “ exceso", por lo que van absorbiendo la glucosa a medida que la necesitan.

¿Qué ocurre si no se toman suficientes hidratos de carbono?

Las recomendaciones en la ingesta de hidratos de carbono suponen entre un 50-60% de la ingesta diaria. Si se alcanzan estas cifras se aumentará  el consumo de grasas y proteínas, desequilibrando la dieta.

Ya hemos comentado que los hidratos de carbono son la fuente de  glucosa que necesitan las células para funcionar. Así, si procuramos tener un aporte adecuado de este nutriente mantendremos el peso y la composición corporal, ya que impedimos que se utilicen las proteínas como fuente de energía.

Es decir, si no consumimos los suficientes carbohidratos, el cuerpo obtendrá la energía necesaria de las grasas y proteínas del músculo y corazón.
Además la ausencia de alimentos ricos en fibra como cereales integrales, fruta y vegetales puede ocasionar estreñimiento.

Cuales son los  hidratos de carbono más aconsejables

·         Arroz integral: el grano de arroz está recubierto por una cáscara rica en proteínas, vitaminas y minerales (magnesio, fósforo y selenio) Al ser un producto que no está refinado conserva su poder nutritivo y aporta hidratos de carbono que se digieren fácilmente y liberan energía lentamente. Dentro de los distintos tipos de granos, los arroces de grano largo y basmati se absorben más lentamente que los de grano corto (mayor tendencia a pegarse y deshacerse)
·         Pan integral biológico: elaborado con levadura madre y harina integral resiste varios días sin ponerse duro a la vez que se digiere mejor. Es rico en vitaminas del grupo B y minerales propios del germen.

·         Garbanzos: esta legumbre se destaca del resto por su baja velocidad de absorción, es recomendada para aquellos que realizan grandes esfuerzos físicos o están en una edad de desarrollo. Un 19% de su peso corresponde al contenido de proteínas a la vez que son ricos en minerales y vitaminas del grupo B.
·         Fresas, cerezas: su bajo contenido de azúcar corresponde a la levulosa, la cual se asimila muy lentamente. Es rica en hierro, vitaminas antioxidantes y del grupo B. su consumo es recomendado en dietas de desintoxicación, diabetes e infantiles. Preferentemente han de comerse solas y en ayunas o como tentempié, también suelen aderezar ensaladas o servirse como postre.


sábado, 3 de mayo de 2014

Comenzamos en mayo. Resta esos kilos de más y reduce tu ansiedad.

¡Aún estás a tiempo! El 6 de mayo iniciamos, con mucha ilusión, nueva edición de Nutrem Pierde Peso. Aprende a relacionarte con la comida, baja esos kilos de menos y reduce la ansiedad, cambia de hábitos... Te ayudaremos a conseguirlo de forma fácil y agradable. Ahora es el momento!!
Seguimos también con las sesiones de aquellas personas que están haciendo la segunda parte del taller, los objetivos se van cumpliendo y la motivación cada vez es mayor. 
Puedes hacer tu reserva ya, ponte en contacto con nosotras y empezamos.