La obesidad se define como un excesivo acumulo de grasa
corporal. Es alarmante la evolución observada en los últimos 20 años, en los
que se ha duplicado la tasa de obesidad en países como EE.UU o Gran Bretaña. En
España los datos del año del 2012
indican un aumento de casi el doble respecto de las tasas de hace 25 años. Así
podemos decir, que si tenemos en cuenta también el
sobrepeso, el porcentaje de adultos afectados alcanza el 53,7 %.
A medida que avanza la edad se favorece el acumulo de grasa y su distribución en la zona abdominal. Esta circunstancia hace que aumente la probabilidad del desarrollo de complicaciones:
- Cardiovasculares: hipertensión arterial, angina de pecho, infarto de miocardio.
- Metabólicas: diabetes, hipercolesterolemia.
- Cáncer: mama, colon....
Para poder establecer el grado de obesidad y los diferentes
tipos, se utilizan una serie de
parámetros que vamos a definir.
El método más
empleado para diagnosticar la obesidad es el IMC o Índice de Masa corporal. Este parámetro se calcula dividiendo
el peso en kg por la talla en metros elevada al cuadrado.
IMC = Peso (kg)/( Talla (m))2
De acuerdo con el IMC se establecen los siguientes rangos:
La clasificación de la obesidad según la distribución
predominante del acumulo graso:
- Obesidad de predominio abdominal o androide: la grasa se concentra a nivel abdominal incrementando el perímetro de cintura.
- Obesidad de predominio en caderas o ginecoide: la grasa se concentra en la zona glúteo-femoral incrementado el perímetro de la cadera.
Las personas que presentan obesidad abdominal o androide
presenta una mayor propensión a padecer enfermedades cardiovasculares,
metabólicas...Siendo el riesgo mucho menor en el caso de la obesidad ginecoide.
Podemos establecer que un perímetro de cintura superior a
102 cm en hombres y a 88 cm en mujeres indica que la grasa se acumula en la
zona abdominal, por lo que valores superiores a estos, suponen
un mayor riesgo de padecer
enfermedades cardiovasculares.
Las consecuencias que la obesidad produce sobre la salud son
muchas y variadas y disminuyen la calidad de vida de la persona obesa. Entre
las complicaciones que se producen tenemos:
Cardiovasculares, respiratorias, diabetes mellitus,
alteración lipídicas: hipercolestreolemia, hipertrigliceridemia, artrosis,
gota, litiasis biliar....
Nos vamos a centrar en las COMPLICACIONES CARDIOVASCULARES.
- El exceso de peso repercute negativamente sobre el corazón.
- La abundancia de tejido adiposo hace que el metabolismo y las necesidades de oxígeno del organismo estén aumentadas y como consecuencia el trabajo cardíaco.
- Esta circunstancia hace que el tamaño del corazón aumente , llegando en una persona obesa a pesar hasta 500gr (un corazón normal pesa unos 300 gr).
- Esta hipertrofia, unida al esfuerzo extra que tiene que hacer el corazón, produce : fatiga, sensación de falta de aire, arritmias, hipertensión....
- A esta circunstancia tenemos que sumar la presencia de obstrucción de las arterias coronarias, favorecida por los cambios del metabolismo de los lípidos (colesterol, triglicéridos) y por la resistencia a la insulina. Esta obstrucción también puede producirse a nivel de las arterias cerebrales, favoreciendo el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Sin duda mejorar el peso ayuda a mejorar notablemente
nuestro estado de salud. Abordar el tratamiento de la obesidad debe hacerse de
forma multidisciplinar para alcanzar la máxima eficacia terapéutica. El éxito
se consigue cuando se modifican hábitos, que conducen a la pérdida de peso y a
la estabilización del mismo.
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