miércoles, 10 de septiembre de 2014

VUELTA AL COLE (2): RECUPERAMOS LOS HÁBITOS ALIMENTICIOS.

Durante las vacaciones se suelen relajar los hábitos alimenticios, dedicamos menos tiempo a la cocina y no prestamos tanta atención a los horarios. Los picoteos y el desorden en las comidas suelen ser más frecuentes durante las vacaciones. La vuelta a esta rutina de horarios y comidas puede ser muy trabajoso para las familias, pero es muy necesario para la salud y el rendimiento de todos.

Es importante educar a nuestros hijos en la alimentación y para ello tenemos que armarnos de mucha paciencia intentando que ese aprendizaje sea ameno y divertido y, desde luego, dando ejemplo.


"El comienzo del curso y de las actividades extraescolares supone un esfuerzo físico que requiere del aporte de nutrientes y energía necesarios para poder afrontar todo este trabajo." 






5 comidas al día: es fundamental crear este hábito entre los más pequeños, ya que evitamos picoteos innecesarios, que sólo conducen a un incremento de la obesidad. 

Desayunar siempre: seguimos teniendo un elevado porcentaje de alumnos que van sin desayunar a la escuela, lo que implica un ayuno demasiado prolongado, que a menudo puede superar las 12 horas, viéndose afectado su rendimiento físico e intelectual, e incluso su estado de ánimo.

Es muy importante realizar un desayuno completo para afrontar la jornada escolar con energía y rendir más. 
Un desayuno completo debe componerse de: un zumo de naranja o fruta con un vaso de leche o un yogur acompañado de cereales y/o tostada. 


No debemos buscar excusas, tenemos que hacer un pequeño esfuerzo y levantarnos 15 minutos antes, para comenzar el día de la mejor manera “Desayunando en familia ". Recuerda que debes dar ejemplo.

¿Qué le meto en la mochila?   Esta comida debe ser un pequeño tentempié que permita al niño continuar con su actividad hasta la comida. Se tiene que evitar bollería, o todos aquellos alimentos que presenten un elevado contenido en grasas. Varía cada día, para que pruebe alimentos diferentes y no se aburra. Ponle: fruta, lácteos, un bocadillo, galletas, quesitos, barritas de cereales o frutos secos: avellanas, nueces, almendras (mejor naturales, sin sal).

Y de merienda:  fruta, cereales, bocadillo y lácteos. Es muy parecido al tentempié de media mañana. Así conseguimos que no llegue con las reservas vacías a la cena, y consuma los alimentos de forma escalonada, manteniendo estables los niveles de glucosa.

Comida y cena: deben ser variadas incluyendo siempre verduras combinadas con hidratos de carbono como: pan, pasta, patatas, arroz, legumbres y con proteínas como: huevo, carne o pescado.

De beber, siempre agua, suprimir los zumos y refrescos y de postre un lácteo sencillo o una pieza de fruta.

Es importante introducir alimentos nuevos, probar otras preparaciones culinarias y hacer de la comida un espacio divertido y dónde de compartir. 

Conclusión: debemos darle importancia a la calidad de los alimentos que ingiere nuestro hijo, no podemos contentarnos sólo con que el niño coma. 

La salud de nuestros hijos depende de lo que le enseñamos. "Enséñales a comer"





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